sábado, 28 de agosto de 2010

Poesía reunida de basquetbolistas

¿Te robarías ese cubo mágico para mí? Y yo no lo veía, pero sí, no tendría ningún inconveniente en dejar a un niño llorando para hacerla sonreír, después de todo con lo difícil que es resolverlo, y con lo contenta que vas a estar vos aunque esté todo desarmado, con un cuadrado rojo, tres amarillos, dos verdes, uno blanco y unos cuantos azules, lo que no termino de entender es que tienen de mágicos los cosos esos, si los guardáramos en el cajón y cuando los sacáramos estuvieran resueltos, ahí eso de mágico empezaría a tener algo más de sentido, la magia del cubo rubik no es más mágica que la de una habitación perfectamente acomodada con los discos en orden cronológico y los libros alfabéticamente, ni más mágica que las baldosas que no traicionan los días de lluvia, la magia del cubo es el orden, y así como cuando sale el mago y hace alguna pelotudez con alguna carta y no terminamos de entender que hizo aunque sabemos que todo ese asunto está sostenido en el fraude, con el orden, con cualquier tipo de orden, pasa exactamente igual, no sabemos por donde ni cómo nos están engatusando, pero nada ni nadie nos puede quitar la certeza que el engatusamiento ya está entre nosotros.
Reggie Miller, Indiana, 1999.

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