lunes, 26 de diciembre de 2011

2x1

Un happy hour de suicidios, hasta las 2 de la mañana, la parca nos recibirá en su cantina, inyecciones letales, altisimos precipicios, trenes imaginarios creados por algún Demonio de Maxwell, ansioliticos de los más diversos colores, cicuta servida en chupitos, confortables sillas eléctricas, más que sillas, sillones empresariales eléctricos, con música lounge y tragos tropicales, arakiris, si, usted está leyendo la carta de la forma adecuada, no dice daikiri, dice arakiri, sogas, sogas para saltar y contar como un niño, sogas capaces de amarrar barcos al muelle, en la televisión Alfonsina en repetición, entrando una y otra vez al mar, dubitativa, al principio mojando los pies con timidez y luego sí, con la determinación necesaria. En esta particular cantina la figura del lavacopa ha sido sustituida por la del lavarifle. Los dardos son arrojados sobre la cabeza de algún suicida de los del palo de la lenta agonía. No cualquiera puede ingresar aquí, en la puerta un patovica será el encargado de expulsar a los optimistas, ni los del vaso medio vacío ni los del vaso medio lleno, solo los del vaso medio roto, y por ultimo un reloj detenido en el tiempo, que jamás pasará de la 1:58.

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